Los experimentos en personas son, indudablemente,
necesarios para avanzar en la lucha contra determinadas enfermedades,
pero cuando se mezcla el ejército con la ciencia, en numerosas ocasiones
se llega a traspasar la barrera de lo ético.
01. Aumento de la visión nocturna.
Durante la II Guerra Mundial, la Marina de los EE.UU. intentó dotar a sus soldados de una visión extraordinaria que les permitiera localizar objetos
-o mejor, enemigos- incluso en la oscuridad. Sabedores de los beneficios que
en este aspecto aporta lavitamina A, sometieron durante meses a un grupo de voluntarios a una sobreingesta de alimentos ricos en ella y los resultados fueron espectaculares.
Por suerte para ellos, por esas mismas fechas se desarrolló
El ejército de Japón también se adentró en este terreno, consiguiendo que un grupo de pilotos de aviones aumentaran su visión nocturna casi en un 100%.
02. Efectos de la radiación.
Al conseguir los EE.UU., casi al final de la II Guerra Mundial, desarrollar con éxito la bomba atómica, los científicos querían saber más acerca de los peligros del plutonio. Las pruebas se iniciaron el 10 de abril de 1945 con la inyección de plutonio en la víctima de un accidente de coche en Oak Ridge, Tennessee, para ver cuánto tiempo tardaba el cuerpo humano en deshacerse de la sustancia radiactiva. Ese fue sólo el primero de más de 400 experimentos análogos, publicados el año 1995 por elDepartamento de Energía.
03. Aceleración.
Antes de enviar al primer hombre al espacio, era preciso conocer cuáles eran los efectos de la aceleración sobre el cuerpo, por lo que los científicos de la NASA desarrollaron unos trineos impulsados por cohetes que podían alcanzar 643 Km/h. para después frenar abruptamente. Los primeros ensayos produjeron daños cerebrales en los chimpancés que fueron empleados y, a partir de 1954, un voluntario, el coronel John Stapp, de la Fuerza Aérea de los EE.UU., soportó agotadoras pruebas sometiendo a su cuerpo a fuerzas equivalentes a 35 veces la de la gravedad, llegando también a alcanzar un record de velocidad de 1.017 Km/h. A lo largo de estos experimentos, padeció contusiones, varias costillas rotas, una muñeca fracturada en dos ocasiones, pérdida de empastes dentales, y rotura de vasos sanguíneos en ambos ojos que acabaron afectando de forma crónica su vista.
04. Enfermedades.
La operación Whitecoat, llevada a cabo en secreto por la Armada estadounidense entre los años 1954 a 1973, tuvo como objetivo el estudio de la efectividad del uso de antibióticos y vacunas frente a diversas enfermedades -Fiebre Q, la fiebre amarillao la hepatitis A...- susceptibles de ser propagadas mediante armas biológicas.
Aproximadamente 2.300 voluntarios, la mayoría de ellos objetores de conciencia y miembros integrantes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, aceptaron servir de conejillos de indias a cambio de no tener que tomar las armas.
Las conclusiones obtenidas tras este experimento fueron muy favorables: se aprendió a conocer mejor los síntomas y los parámetros clínicos para hacer frente a un conflicto de este tipo, se desarrollaron vacunas efectivas y normas para la seguridad de los laboratorios y, lo mejor de todo, es que no hubo que lamentar fallecimientos.
05. Altura.
Cuando la Fuerza Aérea de los EE.UU. quiso saber las posibilidades de supervivencia a saltos de gran altura, depositó su confianza en el Capitán Joseph Kittinger, Jr.
Durante el desarrollo del Proyecto Excelsior, Kittinger hizo su primer salto, en noviembre de 1959 a una altitud de 23.287 m., aunque a punto estuvo de costarle la vida, ya que, debido a fallos en su equipo, perdió la consciencia y se salvó, en última instancia, por el paracaídas automático que también llevaba.
Tres semanas más tarde, se lanzó desde los 23.769 m. El último salto, realizado el 16 de agosto de 1960, lo hizo desde un globo aerostático diseñado al efecto, el Excelsior III, a 31.300 m. de altura, tuvo una caída libre de 4 minutos y 36 segundos y alcanzó una valocidad máxima de 988 Km./h., cercana a la del sonido. Con esta proeza, consiguió cuatro records al mismo tiempo: el de mayor ascenso en globo, el salto en paracaídas a mayor altitud, el de caída libre más larga, y el de mayor velocidad alcanzada por una persona.
06. Drogas
El uso de drogas psicoactivas, como la marihuana, el LSD o la Fenciclidina (PCP), también ha sido objeto de estudio por parte de la milicia, pensando en sus efectos para incapacitar al ejército enemigo.
Distintos grupos de voluntarios fueron objeto de este estudio entre los años 1955 y 1972 en unas instalaciones de Edgewood y se llegó, incluso, a desarrollar piezas de artillería capaces de dispersar bencilato de quinuclidinilo con el objetivo de tener sumidos en un estado similar al sueño durante días a las tropas enemigas.
07. Guerra ABQ.
Las amenazas de guerra química y biológica llevó al Departamento de Defensa de los EE.UU. a desarrollar el "Proyecto 112", durante el cual se fumigaron, entre los años 1962 a 1973, diferentes barcos de guerra y a sus respectivas tripulaciones con gas sarín y VX para poner a prueba la eficacia de los procedimientos de descontaminación y las medidas de seguridad de aquel entonces.
Este fue solo uno de los muchos experimentos de guerra química llevados a cabo con la participación de voluntarios desde la Segunda Guerra Mundial.
08. Videncia.
Los videntes no están muy bien considerados por la comunidad científica, pero el Pentágono gastó aproximadamente 20 millones de dólares entre los años 1972 a 1976 realizando pruebas con personas poseedoras de supuestos poderes extrasensoriales.
El objetivo del proyecto era "ver" desde la distancia el interior de instalaciones militares enemigas como silos nucleares o búnkeres, pero la diversidad de los resultados fue tal, que lo único que se consiguió fueron conflictos internos entre los distintos organismos de inteligencia.
La CIA hizo pública la información sobre este asunto el año 2002.
09. Sueño.
Si quedarnos dormidos en nuestra actividad diaria puede resultar peligroso, a un soldado en combate puede costarle la vida, por eso, desde hace décadas se está estudiando el uso de estimulantes como las anfetaminas para mantener el tiempo de vigilia.
Más recientemente, el ejército ha puesto a prueba el uso de otras drogas, por ejemplo el modafinilo, que permite permanecer despierto durante 40 horas seguidas sin efectos adversos. La DARPA -Defense Advanced Research Projects Agency- continúa una línea de investigación en la que se aplicarían ondas de estimulación magnética transcraneal directamente al cerebro.
10. Supersoldados
Es posible que, dentro no mucho, y de desarrollarse con éxito el proyecto "Armadura interna", los ejércitos cuenten entre sus filas con supersoldados.
"No acepto que nuestros soldados no pueden superar físicamente al enemigo en el campo de batalla", dijo el Dr. Michael Callahan, director del proyecto durante su presentación el año 2007.
El objetivo es hacer soldados "a prueba de muerte" en condiciones que incluyan el contagio de enfermedades infecciosas, resistencia a los ataques con químicas, biológicas y armas radiactivas, la temperatura y la altitud extremas, o los ambientes naturales más duros. Pero ¿qué puede pasar con estas personas si alguna vez deciden abandonar el ejército?
Y después de visto todo esto, digo yo ¿no sería mejor en la mayoría
de los casos, gastarse todo este pastizal en cosas que beneficien realmente
a la Humanidad?
aquiestuveayer
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