martes, 27 de julio de 2010

24 de agosto del 2006, mal día para Plutón.

En realidad no se si realmente dejarán de decir que en el sistema solar hay nueve planetas, porque la gente está acostumbrada a eso, pero el 24 de agosto del 2006 la Unión Astronómica Internacional decidió que Plutón no reunía las características para considerarse un planeta.

Como es una anécdota , estuvo hace poco en las noticias, y muchos habrán escuchado al respecto.

Y muchos habrán pensado que los científicos no tienen nada mejor que hacer que decidir de un momento para el otro la categoría de un planeta; y puede que en parte sea cierto, pero la ciencia se trata de eso, de clasificar y explicar las cosas y los fenómenos, y la historia alrededor de Plutón es cuando menos, interesante y curiosa.

Los planetas son.. bueno.. se podría decir que son bolas de materia que giran alrededor del Sol, según la definición más específica tienen que cumplir dos requisitos: Tener la suficiente cantidad de masa como para tener gravedad suficiente que lo rompa sobre sí mismo y quede con forma casi esférica, que no sea una simple roca digamos.

Y que haya atraído a todas las otras piedritas que anden dando vueltas en la misma órbita.

Bajo esta definición se enmarcan Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Salvo Urano y Neptuno, y bueno, por razones obvias la Tierra, todos los demás son visibles en el cielo nocturno.


Urano fue descubierto por el astrónomo William Herschel en 1781 con la ayuda de un telescopio, y los científicos se dieron cuenta que los últimos planetas se movían un poco distinto a como se deberían mover si las leyes de la física que se conocían eran correctas.

La única forma de resolver ese error, era que hubiese algún otro planeta un poco más allá que no se hubiese visto aún.

Y cuando determinaron más o menos dónde debería estar, apuntaron los telescopios y encontraron a Neptuno, en 1846.


Y aunque se resolvió la mayor parte del problema de la inexactitud de los cálculos, seguía habiendo un muy pequeño error, que correspondería a otro planeta.


El astrónomo norteamericano Clyde Tombaugh descubrió en 1930 un pequeño y lejano planeta que llamó Plutón.

Con la tecnología que hubo en esa época quedaron prácticamente cerrados los cálculos, y aparentemente los planetas estaban y se movían como deberían hacerlo según los modelos matemáticos.


Y en este marco se escribieron los libros de texto, y la cultura popular (rimas para aprenderse los planetas con frases como "Mi Vieja Tía Marta Jamás Supo Untar Nada al Pan").

Aunque había muchas incoherencias, en el sentido de que los planetas entre Júpiter y Neptuno son enormes y Plutón era muy chiquito (el diámetro son unas dos terceras partes que el de nuestra Luna), también que los planetas giran en órbitas bastante circulares y todas en el mismo plano, mientras que la órbita de Plutón es muy ovalada (se mete en la órbita de Neptuno y luego sale) y además está muy inclinada respecto al plano de las demás.

Era feo y discordante con la armonía planetaria, pero Plutón era el noveno y último planeta.

Hasta que las computadoras avanzaron y notaron que Neptuno y Plutón nuevamente no se movían como deberían, lo que llevó a encontrar un décimo planeta en 1992.

No le pusieron nombre, y le dejaron la denominación técnica de (15760) 1992 QB1.


En los años siguientes comenzaron a descubrir planeta tras planeta, de los cuales muchos eran más grandes que Plutón, tal como lo muestra la imagen (Plutón es Pluto, y Charon es Caronte, una de sus "lunas").

Y a medida que se descubrían más y más planetas, científicos alrededor del mundo se empezaron a revolotear, y se dieron cuenta de que había que tomar una desición.


O se aceptaban absolutamente todos estos nuevos planetas (como Eris, Sedna y demás) y el Sistema Solar sería feo, o se redefinía qué era un planeta.

Y era sabido que en esta nueva definición no saldría beneficiado Plutón, por ser tan diferente al resto.

En caso de que se aceptaran todos los cosos que encontraran dando vueltas por ahí, el sistema solar quedaría como en la imagen de abajo.

Entonces había que redefinir planeta y expulsar a Plutón del club, pero había un problema, en 1992 Clyde Tumbaugh tenía 85 años.

Y se ve que no quisieron seguir adelante para no decepcionar al pobre viejo descubridor de Plutón, que finalmente falleció en 1997.

Ahí se empezaron a acelerar los trámites mientras se proponía qué hacer, hasta que se celebró un gran congreso en Praga en 2006, es curioso que había varios bandos con opiniones diferentes que realmente se peleaban, finalmente se llegó a esta resolución:

La UAI [...] resuelve que los planetas y otros cuerpos del Sistema Solar se definan en tres categorías distintas de la siguiente manera:


Un planeta [1] es un cuerpo celeste que (a) está en órbita alrededor del Sol, (b) tiene suficiente masa para que su propia gravedad supere las fuerzas de cuerpo rígido de manera que adquiera un equilibrio hidrostático (forma prácticamente redonda) [2], (c) ha limpiado la vecindad de su órbita


(2) Un planeta enano es un cuerpo celeste que (a) está en órbita alrededor del Sol, (b) tiene suficiente masa para que su propia gravedad supere las fuerzas de cuerpo rígido de manera que adquiera un equilibrio hidrostático (forma casi redonda) [2], (c) no ha limpiado la vecindad de su órbita y (d) no es un satélite.


(3) Todos los otros objetos [3] que orbitan al Sol se deben denominar colectivamente "Cuerpos Pequeños del Sistema Solar".


[1] Los ocho planetas son: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
[2] Se establecerá un proceso de la UAI para asignar a los objetos que estén en los límites en la categoría de planeta enano u otras.
[3] Actualmente esto incluye a la mayoría de los asteroides del Sistema Solar, la mayoría de los objetos transneptunianos y otros cuerpos pequeños.


Es curioso comentar que a principios de 2006, antes de todo este lío, había despegado un cohete que llevaría una nave (la misión New Horizons) para investigar al planeta Plutón, y le bajaron de categoría al objeto de estudio en pleno viaje, ya que la nave llegará a destino en 2015.

Pero realmente no importa el nombre que tenga, ya que el objetivo de la misión es conocer más de su origen, y por ende nuestro origen.

El problema es que ahora

"Mi Vieja Tía Marta Jamás Supo Untar Nada..."

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