martes, 27 de julio de 2010

Algoritmo ...

El estallido de una voz.
Un aire urbano.
La inasible realidad y el sueño.
Unas manos que se aprietan.


La bufanda que roza un rostro anónimo.
La hoja que se obstina en dudar palpando la extensión.
La inteligencia que sigue a las ideas.


Perder humanidad en la perfección en si misma.
Los juegos de la edad del hombre.
Crecer para poder morir.


Retratos y dramas, en los que se evoca un estado de ánimo.
Comprobar desde el nacimiento hasta la muerte,

que la vida

es pensamiento y este un delicado absoluto

que nos acerca a las cosas,

los perros y la gente.


El odio contempla la indiferencia.
Una inscripción leída en cierto instante.
Entre materia y sueño, ser pasajeros en tránsito.
La locura rompe la opresión del tiempo.
De pronto, la ausencia nos recuerda una muerte oscura,

suspiros que se desvanecen como besos arrancados, uno a uno.

Un punto en el que la dirección del viaje cambia.
La expresión tiene la capacidad de las circunstancias,

que se manifiesta en el marco de las limitaciones,

un movimiento de tinta en el sentir,

acaba en la habilidad de vivir lo sencillo.

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