lunes, 26 de julio de 2010

Materia & Sueños

Los hombres están hechos de materia y sueños.

La materia y los sueños son paralelas que convergen en el punto

que es el hombre.

Entre la materia y los sueños se encuentra el hombre,

inmerso en las olas de su espacio,

planeando ilusiones multiplicadas por el infinito.

La placidez de su navío acaricia consistente,

algo nuevo, sueños de carboncillo y fuego,

promesas que tienen del mundo el programa del recuerdo.

Tan sencillo, tan sorprendente.

Las huellas del soñador se alzan suspendidas como fortalezas esperanzadoras, constituyen ante el mal tiempo,

un horizonte luminoso, selva virgen donde solo y libre se encuentra en la exhuberancia de su naturaleza.

La textura del presente ofrece un lecho de irrealidad,

miedo que desconcierta.

¿No-existencia?
¿Muerte?
¿Enfermedad?
¿Vejez?

Un rosario responde negativamente,

el azar de sus cuentas deposita creencias en dioses

a cambio de firmeza.

La materia constituye una edificación de adobe y los sueños el techo

de paja, y el hombre vive dentro sus horas,

expresando satisfacción por su abundancia.

Su territorio es una mezcla de incredulidad y trascendencia.

La inconsciencia lo embota.

Todo acto de explicar los sueños se establece en la estructura del lenguaje, que representa de este modo la sumisión de la materia

al hecho accidental de los sueños.

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