Desde tu cuerpo
llega
un olor sin nombre
mi piel
se estremece
como el primer día.
Paseo
con mi locura
de orillas invisibles
hacia el encuentro.
-Ya ves, siento el fuego
recorrer la estancia.
Que la noche ha levantado
entre tú y mis manos-.
Remolinos de romero
bailan
en tu mirada.
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