lunes, 25 de abril de 2011

Cocinar con harina de trigo... un poco explosivo.


Hace tiempo, entre cafés y en una de mis frecuentes conversaciones extrañas, salió a la palestra el tema de cierta película (de la cual por desgracia no recuerdo el nombre ) en la que se veía explotar un silo de harina de trigo, tal cual, sin colocar en él ningún explosivo. 

Claro, en ese momento todas las cabezas se giraron hacia el físico que estaba en la charla y ese era YO.

 Por lo tanto  intenté explicar tal cuestión.

Para ello, el primer paso a dar es conocer la composición química,
 al menos aproximada, de la harina de trigo. 

Así, podemos observar que una parte muy importante de la harina
 (un 75%) son hidratos de carbono

Estos compuesto de Oxígeno, Hidrógeno y Carbono tienen una composición similar a los hidrocarburos que utilizamos como combustible y, de hecho, en el cuerpo humano cumplen la misma función; 
pues las células los queman para obtener energía.

 Esto ya nos concede una pista hacia la veracidad de la peliculera escena, pues el componente principal de la harina al menos 
es combustible.

Por supuesto, si tomamos un paquete de harina del armario
 y le acercamos un fósforo no conseguiremos que arda, 
pero esto no implica que hayamos cazado el mito, 
si no que no se dan las condiciones necesarias para la quema; 
en todo proceso de combustión entran en juego varios factores.

El primero de ellos es el combustible
pues la sustancia arder ha de ser capaz de hacerlo (obvio).

El segundo elemento, igual de importante que el combustible, 
es el oxidante

Como todos recordarán de las clases de química básica de bachillerato, una combustión es una reacción del tipo:

A+O2 ———–> B + CO2




Pese a que existen excepciones, la regla general a seguir es esta y,
 por tanto, necesitamos alguna sustancia que nos conceda el oxígeno necesario para iniciar el proceso de combustión. 

Normalmente, el oxígeno presente en el aire es suficiente 
para esto si se encuentra una forma eficaz de mezclarlo
 con el combustible. 

Como en este caso lo que buscamos quemar es harina, 
la solución es fácil, soplemos contra ella y formemos 
una nube en el ambiente.

Otro factor indispensable es la ignición de la reacción.

 Las combustiones son reacciones no espontáneas
por lo que necesitan una pequeña ayuda energética para iniciarse. 

Suele bastar una chispa o la llama de un fósforo.

Por último, resta un elemento que, si bien no es necesario para conseguir una combustión,
 sí lo es para una explosión:

el confinamiento de la mezcla

Si en el momento de iniciarse la reacción,
 esta se encuentra contenida en un recinto cerrado,
 la presión generada debido a la reacción se acumularía contra
las paredes de este hasta que encuentre una salida 
(quizás una brecha formada por el calor),
 momento en el que saldrá violentamente, 
provocando el fenómeno de la explosión.


De esta manera, podemos llegar a la conclusión de que una nube 
de harina suspendida es capaz de explotar provocando terribles resultados.

 Ahora bien…

 ¿La harina de un silo? 

Pues puede que sí, 
aunque de una manera mucho más improbable.

Acabamos de comentar que un elemento básico para la explosión
 es la forma en que oxigenamos el combustible.

 Con la harina en polvo es fácil porque el mero hecho de suspenderla en al aire basta; pero la harina en el interior de un silo está compactada ¿cómo oxigenarla pues? 

La respuesta es: difícil pero posible. 

El proceso pasaría por permitir que toda la harina 
se humedecieseformando barro y luego esperar a que secase. 

Durante el proceso de secado, el vapor de agua generado
 se acumularía en la parte alta del silo dotándonos de dos factores importantes para la explosión: 
una severa cantidad de oxígeno y un aumento de presión 
que podría provocar que la reacción fuese espontánea.

Aún así, 
que se den estas condiciones en un silo es muy muy muy improbable, por lo que la citada explosión parece más un recurso peliculero típico de Hoollywood que un hecho plausible en la realidad.

No obstante, si cocinan con harina y estornudan… 

no enciendan un fósforo.

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