jueves, 23 de junio de 2011

The echo of a distant tide...


Uno a uno vamos llegando al lugar indicado.

 La noche está fresca pero llena de estrellas
 y todos somos iguales bajo el mismo cielo.

Con un saber impreso en nuestra piel,
 nos reunimos para el ritual que dentro de muchos siglos todavía será practicado por algunos elegidos.

 Como lo fue antes de que el tiempo fuera tiempo.
 Antes de que el hombre inventara tantas cosas…

Fue entonces cuando el ser humano todavía era un solo ser
 con la naturaleza que lo rodeaba.

Cuando el ser primitivo estaba a flor de piel.

Hoy, en la vigilia, cierro los ojos y veo en mi memoria de vidas anteriores
 a ese ser que fui siguiendo al nuevo sol.

 Los abro y sueño despierto que algún día voy a volver allí,
 a ese lugar donde mi cuerpo nunca estuvo, pero mi alma sí.



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