El niño, de casi de cinco años, seguía cerca de su madre,
sin sentir la necesidad de darle la mano.
-Mamá, ¿Es verdad que la playa está abierta por la noche?
- Sí, nunca cierra.
-¿Y hay personas que se bañan de noche?
-Casi nadie, hace frío.
-¿Y de qué color son las olas por la noche?
Silencio de la madre.
Silencio del niño.
Me quedo pensando:
Ahí está un niño al que le va a gustar la poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario