martes, 7 de junio de 2011

Si un agujero negro primordial impacta con el Sol…


… deberíamos ser capaces de ver las oscilaciones generadas por las colisiones, dicen los astrofísicos.
Los astrónomos han descubierto hasta el momento dos tipos de agujeros negros: Los supermasivos en el centro de las galaxias, y los agujeros negros de masa estelar, que se forman cuando muere una estrella gigante.
Pero no hay razón por la que los agujeros negros de cualquier tamaño no puedan formarse. De hecho, muchos astrónomos creen que las variaciones de densidad en los inicios del universo habrían llevado a la formación natural de agujeros negros relativamente pequeños.

Los más pequeños deberían haberse evaporado ya. 
Pero los agujeros negros con la masa de un asteroide, digamos, deberían estar flotando mientras escribo. 
Puede que incluso formen la misteriosa materia oscura que llena el universo. La cuestión es cómo encontrarlos.
Varios teóricos han sugerido que podría observarse agujeros negros primordiales mediante fenómenos tales como efectos lente cuando pasan frente a estrellas lejanas o mediante estallidos de rayos gamma que crean cuando desaparecen de su existencia. 
Pero ninguna de estas aproximaciones ha producido resultados definitivos.
Ahora Michael Kesden de la Universidad de Nueva York y Shravan Hanasoge de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey dicen que el efecto de un agujero negro primordial impactando en el Sol debería ser fácilmente observable.
Tal evento no sería tan catastrófico como suena.
 Lo más probable es que un agujero negro primordial con la masa de un asteroide o cometa (aproximadamente 1021 g) pasara a través del Sol, generando una pequeña ráfaga de rayos-X en el proceso. 
Tal estallido sería menor incluso que la tasa de fondo de rayos-X, por lo que sería imposible que los astrónomos lo vieran.
En lugar de esto, Kesden y Hanasoge dicen que la colisión generaría una turbulencia supersónica que haría que el Sol se sacudiera como una campana. Hoy, calculan qué aspecto tendrían estas oscilaciones.
Su conclusión es que las oscilaciones deberían ser visibles con los observatorios actuales como una especie de hipo solar. 
Por lo que ya podríamos haberlas visto.
Esto generaría una sacudida. Puedes apostar a que los científicos solares estarán cribando sus datos ahora mismo para ver si han pasado por alto la señal reveladora de la colisión de un agujero negro. Y si encuentran algo, deberíamos oír algo pronto.
Sin embargo, los agujeros negros primordiales es probable que sean raros, lo que significa que las colisiones con el Sol serán pocas y espaciadas. 
Por lo que una aproximación más prometedora, dicen Kesden y Hanasoge, es observar la forma en que oscilan otras estrellas.
Y por suerte, la asterosismología es una ciencia joven que está madurando rápidamente gracias a las observaciones que se están realizando por naves como CoRot y Kepler que pueden ver la oscilación de otras estrellas. 
De una forma u otra, vamos a aprender mucho sobre cómo vibran las estrellas.
vía: Kanija

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