jueves, 21 de julio de 2011

400 años...


Ahí va otra vez ese ridículo y tenaz cazador de fantasmas. 

Siempre igual; con esa monomanía obsesiva,
que lo ha llevado a investigar ante cualquier sospecha, 
sin importarle absolutamente nada. 

Así es como lo he podido ver, 
buscando en los pasadizos subterráneos de esta vieja ciudad, 
en las antiguas casonas coloniales, y en cualquier lugar, 
donde crea que puede encontrar algún espectro; 
y siempre; siempre, sin resultado.

Desde que supe de su interminable búsqueda, 
que me oculto de él; hace ya… 

cuatrocientos años.

No hay comentarios: