El gráfico pertenece al estudio Tastes Like Chicken?
publicado por Joe Staton en Annals of Improbable Research.
Bastante curioso de leer y con resultados que podrían resultar sorprendentes como la afirmación de que la carne de un Tiranosaurio Rex probablemente hubiera sabido a pollo.
Suposición, todo hay que decirlo, que no pudo constatar en la práctica al no ser atendida su petición de préstamo de un hueso fósil de T. Rex al Field Museum de Chicago.
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