El Ser & La Nada

El ser humano es un sistema complejo, y, en este sistema, se encuentran todas las raíces (o ceros) pertenecientes al dominio de su función.

La imaginación pura en sí se vuelve la abstracción de lo real, (i)² = -1.

De este modo, todo cero o raíz no es el sucesor de nada real.
Entre el Ser y la Nada, se encuentra lo complejo, √⁻¹ = i , como un hombre que se sumerge en las aguas profundas y azules del océano, pero no puede ir muy lejos sin ayuda del oxígeno vital.

Todo ser real es un complejo con parte imaginaria.

Sin embargo, todo ser existente puro, a, tiene anulada su parte imaginaria.

Así, todo ser imaginario puro, bi, empieza y termina en su propia imaginación, podríamos llamar a esto locura.
Lo complejo es su raíz, su cantidad en sí misma.
El ser íntegro, es parte real, parte imaginación, a+bi.

Su cuerpo real puro, a, pertenece al tiempo, mientras que su parte imaginaria, bi, tiene su representación en el espacio; su imaginación son imágenes, formas a las que las ideas les dan conceptos.

Un hombre complejo, no puede de ninguna manera ser convertido en un cuerpo ordenado, de ahí que no pueda ser medido, es obvio por tanto, que no está condicionado por los hechos.

Por el contrario, un hombre real, podrá ser mayor o menor en alguna condición o partes que otro y por lo tanto pertenecer así a la teoría del orden; su léxico lleva la colocación de las palabras según un diccionario, pues su orden es lineal.

Un ser complejo, permite ser interpretado dentro de las propiedades que se ocupan del espacio, las formas; entrando a constituir parte de todo sistema formal que describe el comportamiento.

Pero, para él, su valor absoluto no viene medido en la distancia ordinaria de las cosas, su distancia entre dos puntos, pertenece al juego de la geometría hiperbólica.

Se podría decir que el hombre imaginativo crea allí donde la razón le deja.

Donde la razón se hace voluntad, el hombre crea en aquél lugar do su voluntad se encuentra.

Su argumento, es ese otro ángulo o visión que da a los objetos.

Su valor singular hace a su función infinita.

Viaja por instantes de manera bi-polar.

Así, entre el Ser y la Nada despierta el humano potencial.

La creatividad es el seno del Sentir.