Silencio y espera.
No nos queda otra que mantenernos firmes, quietos,
esperando nuestra oportunidad.
Todos impacientes, esperando a que caiga la última defensa.
Atacamos cuando, por fin, la conciencia duerme.
Y es entonces cuando comenzamos a dibujar en un espacio vacío.
El sueño nos permite volar.
Creamos con lo que nos permite conocer el día.
Creamos con lo que nos permite conocer el día.
Ante demasiados pensamientos y acontecimientos, nuestra pintura
se convierte en caos, y el durmiente tiembla de miedo.
En el sueño relajado, sonrisas inconscientes afloran en los labios
Neutrales, no queremos ningún mal.
Neutrales, no queremos ningún mal.
Solo necesitamos exteriorizar el instinto creador.
Y liberamos lo que realmente se esconde en el alma y en el corazón.
A veces, cosas terribles.
Demasiado para que permanezcan dentro.
Abrimos la jaula y después, con la luz del alba,
volvemos a refugiarnos
A la espera de que vuelvan para soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario