domingo, 3 de julio de 2011

A la espera...


Silencio y espera.

 No nos queda otra que mantenernos firmes, quietos, 
esperando nuestra oportunidad. 

Todos impacientes, esperando a que caiga la última defensa.
 Atacamos cuando, por fin, la conciencia duerme. 
Y es entonces cuando comenzamos a dibujar en un espacio vacío.

 El sueño nos permite volar.

Creamos con lo que nos permite conocer el día.
 Ante demasiados pensamientos y acontecimientos, nuestra pintura
 se convierte en caos, y el durmiente tiembla de miedo. 
En el sueño relajado, sonrisas inconscientes afloran en los labios

Neutrales, no queremos ningún mal. 
Solo necesitamos exteriorizar el instinto creador. 
Y liberamos lo que realmente se esconde en el alma y en el corazón. 
A veces, cosas terribles. 

Demasiado para que permanezcan dentro.

Abrimos la jaula y después, con la luz del alba, 
volvemos a refugiarnos

A la espera de que vuelvan para soñar.


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