lunes, 11 de julio de 2011

MONO-POLI-CROMO


Desde pequeña poseo la extraña facultad de ver los colores 
que desprende la gente.  

Al principio pensé que todos los veían como yo, pero pronto me di cuenta de que no era así y que empezaba a ser considerada un bicho raro por hacer comentarios sobre la aureola cromática de las personas.

Por eso decidí no volver a hablar del tema y lo integré en silencio en mi día a día:  cada vez que quería saber el tipo de persona que tenía delante, entornaba ligeramente los párpados, vislumbraba sus colores y me hacía  una idea muy certera de quien era, cómo se sentía y cuáles eran sus intenciones. 

 Jugaba con ventaja.

Todo fue fácil  hasta que llegaron ellos y se propagaron por todos los rincones: los  seres en blanco y negro.

by. quisiera contarte

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