viernes, 22 de julio de 2011

No hay conexión entre los rayos cósmicos y el calentamiento global


El consenso científico es este: el dióxido de carbono producido por los humanos está provocando un aumento de las temperaturas a lo largo de todo el planeta. Aún quedan los que rechazan la evidencia de que los humanos tienen un impacto sobre la temperatura global, y en lugar de esto mantienen que la raíz está en procesos naturales.
Una de estas causas, dicen, podrían ser los rayos cósmicos.
De acuerdo con un artículo, publicado en 2010 en la revista Physics Review Letters, el monitor de neutrones Hunacayo detectó un número incrementado de rayos cósmicos en las regiones que tenían nubes bajas, a menos de 3,2 km de altitud. La cantidad de estos rayos cósmicos depende de la intensidad del viento solar, dado que la magnetosfera de la Tierra aumenta y mengua dependiendo de la fuerzas de las partículas arrojadas por el Sol. 
Los periodos de calentamiento parecen estar correlados con un decremento en las rayos cósmicos a lo largo del siglo XX.
Cuando los rayos cósmicos interactúan con la atmósfera de la Tierra, especialmente con las nubes a niveles bajos, crean iones de distinta fuerza 
y carga. 
Estos iones entonces contribuirían a la formación de nubes densas, bloqueando los rayos del Sol y reduciendo el efecto del calentamiento.
Esta conexión entre los ciclos de 11 años de las manchas solares y la actividad del viento solar y la desviación de la Tierra de los rayos cósmicos se ofreció como una posible explicación natural para el calentamiento global.
Pero T. Sloan de la Universidad de Lancaster y A.W. Wolfendale de la Universidad de Durham han revisado cuidadosamente las pruebas y las han hallado poco convincentes. 
Publicaron sus resultados en un nuevo artículo titulado Cosmic Rays and Global Warming (Rayos Cósmicos y Calentamiento Global).
 Su investigación se presentará en la 30ª Conferencia Internacional de Rayos Cósmicos, que tendrá lugar en Mérida, México del 3 al 11 de julio de 2010.
De acuerdo con Sloan y Wolfendale, el artículo de 2010 resalta la conexión entre los rayos cósmicos y las nubes de bajo nivel evitando por completo las nubes a otras altitudes. 
Esto es sorprendente debido a que la ionización por rayos cósmicos deberían incrementarse con la altitud. Los rayos cósmicos deberían ser interceptados antes en la atmósfera y convertidos en nubes, no abajo a menores altitudes. Si los rayos cósmicos tuviesen la culpa, se esperaría exactamente lo contrario, nubes a mayor altitud.
Esto no puede descartarse, pero es bastante improbable.
La siguiente pieza de las pruebas escépticas es la probabilidad de que los rayos cósmicos creen iones que se conviertan en gotas de agua. Los investigadores estimaron la densidad de las gotas de nubes que podrían producirse por los rayos cósmicos a las altitudes más bajas. 
Encontraron que el ratio de producción de iones era demasiado bajo para generar el número de gota de agua requerido para crear nubes.
Los escépticos del calentamiento global explican el ciclo natural rayos cósmicos – capa de nubes – calentamiento global como la interacción entre el ciclo de actividad solar de 11 años y la magnitud de los rayos cósmicos que alcanzan la atmósfera de la Tierra.
 Cuando se incrementa el viento solar, lanza rayos cósmicos que alcanzarían la magnetosfera terrestre.
Las partículas ionizadas son canalizadas hacia los polos de la Tierra, debido a esto es por lo que vemos las maravillosas auroras en altas latitudes. 
Si los rayos cósmicos estuviesen causando además la capa de nubes, se esperarían las mayores variaciones alrededor de los polos. 
Éste no es el caso; de hecho, es todo lo contrario.
Además, se sabe que hay un retardo de 6 a 14 meses entre la bajada en la actividad de los rayos cósmico, y el incremento en el número de manchas solares. 
Basados en estos ciclos, los investigadores hallaron que apenas existía correlación entre la subida y caída en las manchas solares, y los niveles de capas de nubes. 
Estimaron que menos del 15% de las variaciones de calentamiento del ciclo de 11 años eran debidas a los rayos cósmicos y menos del 2% del calentamiento de los últimos 35 años era debido a esta causa.
Si los científicos querían estudiar la interacción entre la radiación y las capas de nubes podrían haber realizado un experimento poco ético: liberar ingentes cantidades de radiación a la atmósfera y ver qué forma nubes en el entorno.
Desafortunadamente, tal experimento ya se ha llevado a cabo… accidentalmente: el desastre de Chernobyl.
El 26 de abril de 1986, el reactor liberó una enorme nube de partículas radiactivas a la atmósfera. 
Si la radiación incrementa la capa de nubes, debería haber habido nubes alrededor de las instalaciones durante semanas. 
No hubo evidencias de una cobertura de nubes inusual alrededor de la instalación tras el desastre.
Sloan y Wolfendale revisaron la conexión de los rayos cósmicos con el calentamiento global, y hallaron distintas formas de descartar esta explicación.
 Por supuesto, no importa lo buenas que sean las pruebas, para alguna gente esto ya es un tema político – ninguna cantidad de pruebas será suficiente nunca.
“No existe conexión entre el calentamiento global y los rayos cósmicos.
Esto es debido a que no existe una tendencia en los rayos cósmicos.
                                       Realclimate.org.

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