jueves, 24 de noviembre de 2011

Presa Cibernética...



La ayudante de Houdini sale radiante al escenario y te dedica, agradecida, una sentidísima genuflexión, seguida de una sonrisa cómplice. 

El famoso escapista quita la tela que cubre un objeto y aparece tu ordenador. 

Introduce dentro de la pantalla a su ayudante, como si fuera una foto
 del Google Imágenes.

 Un sonido eléctrico, apenas perceptible al oído, escapa del interior 
de tu computadora y aparece este texto escrito en letras rojas. 

El escapista se gira y te mira fijamente. 

Estás solo. 

Eres su único público. 

Houdini toma aire y te habla lentamente, con acento austrohúngaro: 

“Mi joven ayudante está atrapada. 

Si quieres condenarla para siempre, simplemente apaga el ordenador,
 vete a cualquier otra página, y acabará encerrada en la oscuridad 
de este post para siempre. 

Si por el contrario, deseas liberarla,

 lee de nuevo este pequeño cuento”.

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