Quisiera ser el Alquimista-Mago...
El que abre y separa cuidadosamente sus manos,
haciendo que de ellas emerjan mil palomas, blancas como copos de nieve.
Quisiera ser el niño que las mira boquiabierto, esperando que cada una
de ellas vuele a lo más alto, hasta alcanzar el mismo cielo...
Y quisiera ser el poeta que en cada paloma ve el copo, y en cada copo descubre un beso, y que bajo este cielo de azúcar mojado pinta la acuarela de tu reino.
Quisiera ser cada uno de ellos, desde cada uno de ellos merecerte...
Como quisiera ser tu sombra cuando caminas,
el espejo de un charco que recorta furtivamente tu imagen.
Quisiera ser...
Pero, siendo quien soy, me habrá de bastar con aferrarte en mi pecho,
perdido en un sueño que me vuelve mago, niño y poeta cuando te pretendo
a mi lado.
Así es que mis labios te nombran, comienzo a leer estas negritas y sólo deseo que te alcance mi voz, la sosegada rapsodia en que camino,
para ser ante ti... instante, copo, beso, aire...
y el sol brillante de noviembre acariciando tu cabello.
Quisiera ser...
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