Simplemente gracias…
por ser,
por estar,
por llegar…
Gracias por amarme de esta manera,
tan real,
tan audaz,
tan desinteresada…
Gracias por aceptarme,
con mis miedos,
con mis sueños,
con mis límites…
Gracias por tu gran capacidad,
de escuchar,
de entender,
de estar…
Gracias por devolverme la ilusión de creer,
en la vida,
en los sueños,
en el AMOR…
Gracias por contenerme y animarme,
cuando lloro,
cuando dudo,
cuando desespero…
Gracias por esos mágicos momentos,
nuestro primer abrazo,
nuestro primer beso,
nuestra “primera vez…”
Y finalmente gracias por los compromisos adquiridos,
el de aquella especial fidelidad,
el compromiso “de piel” (sólo tú lo entiendes)…
GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS…
