martes, 22 de mayo de 2012

Superflares: las estrellas de las grandes llamaradas siguen siendo un misterio


Aquí,en la Tierra, en ocasiones nos preocupa el impacto que puedan tener las llamaradas solares sobre nuestros sistemas eléctricos.
 Pero las llamaradas solares del Sol son insignificantes en comparación con las que se pueden producir en otras estrellas. 
Un nuevo estudio llevado a cabo en la Universidad japonesa de Kyoto, 
ha encontrado tras estudiar datos obtenidos por el telescopio espacial Kepler, que las  estrellas denominadas superflares (superllamaradas) son más comunes de lo que se pensaba. Algunas llegan a producir emisiones miles
 de millones de veces más potentes que las de nuestro Sol.
Los científicos conocían la existencia de las superflares desde hacía tiempo, aunque poco se sabía de ellas. Sin embargo, durante los últimos años, se había llegado casi a un consenso sobre su naturaleza. 
Se creía que estas grandes emisiones eran causadas mediante la interacción de lo que ahora conocemos como "Júpiters calientes", es decir, cuando un planeta gigante se encontraba muy próximo a la estrella. 
Este nuevo estudio socava esta teoría. 
De las 365 estrellas superflares estudiadas, se comprobó que 148 de ellas
 no tenía ningún Júpiter caliente en sus proximidades. 
Debido a esto, los astrofísicos deben volver a examinar este tipo de estrellas para comprender su naturaleza. Algunos científicos han sugerido que en lugar de Júpiters calientes, quizá lo que interaccione con la estrella sea una
 Súper Tierra, un exoplaneta frío separado a mayor distancia de la estrella. Este tipo de interacción sería mucho más difícil de observar porque estos planetas no son en su mayoría detectados por Kepler.


El equipo también encontró que las estrellas superfleres giran más rápido que las estrellas ordinarias. 
De los 365 astros estudiados, sólo 101 giraban lentamente. 
También detectaron que en la mayoría de los casos, las estrellas estaban salpicadas de grandes manchas solares.
 Por estas razones, y porque no hay evidencias de grandes llamaradas, 
el equipo de científicos cree que nuestro Sol no sería capaz
 de experimental tal actividad.
NASA