Casi sin previo aviso, la tormenta de granizo comenzó
a descargar sobre la ciudad.
En el parque, las aves que poco antes surcaban los cielos llenándolos
de diversos sonidos, buscaban silenciosamente refugio bajo las ramas
de los árboles… la ciudad se cubrió de una extraña y densa cortina
que limitaba la visión y bajo el puente se refugiaron dos jóvenes
que encontraron la intimidad que les brindó la granizada para amarse
con la pasión adolescente.
Los vehículos reducían la marcha y muchos optaron por detenerse
ante la imposibilidad de adivinar la vía.
La gente corre presurosa buscando refugio bajo las marquesinas
de los comercios o bajo los dinteles de las puertas… de repente,
la ciudad se ha detenido para dejar paso al tiempo del granizo
que maravilla y asusta al tiempo.
En dos lugares distintos, dos personas miran la tormenta
desde el interior del cristal de la ventana…
conocen la belleza que representa, pero ambas respiran de forma simultánea… Dos lugares… dos personas… dos respiros…
un solo sentimiento… una sola vida…
