domingo, 3 de junio de 2012

Dos personas... una sola vida.


Casi sin previo aviso, la tormenta de granizo comenzó 
a descargar sobre la ciudad.
 En el parque, las aves que poco antes surcaban los cielos llenándolos 
de diversos sonidos, buscaban silenciosamente refugio bajo las ramas 
de los árboles… la ciudad se cubrió de una extraña y densa cortina
 que limitaba la visión y bajo el puente se refugiaron dos jóvenes 
que encontraron la intimidad que les brindó la granizada para amarse 
con la pasión adolescente. 
Los vehículos reducían la marcha y muchos optaron por detenerse
 ante la imposibilidad de adivinar la vía.
 La gente corre presurosa buscando refugio bajo las marquesinas 
de los comercios o bajo los dinteles de las puertas… de repente, 
la ciudad se ha detenido para dejar paso al tiempo del granizo 
que maravilla y asusta al tiempo.
En dos lugares distintos, dos personas miran la tormenta 
desde el interior del cristal de la ventana… 
conocen la belleza que representa, pero ambas respiran de forma simultánea… Dos lugares… dos personas… dos respiros… 
un solo sentimiento… una sola vida…