lunes, 15 de octubre de 2012

Motel Mareeeee....


La sirena y el buzo, según cuenta  
un viejo capitán de la marina,  
sostienen una historia clandestina, 
que ha capeado el Monzón y la tormenta;
cada uno del otro se alimenta 
con besos de cereal y pan de harina 
y en el fondo del mar hay una esquina
donde late la boca turbulenta.   
Fatalismo de amor, nada que nada,
la sirena encantada
bendice la ilusión de no estar sola,
y el buzo de los mares navegados,
con los labios salados,
le besa las escamas de la cola.

Del libro Oceanario.