Muchos de nosotros elegimos nuestras creencias sobre la base
de lo que las generaciones anteriores han hecho.
Sin embargo, la espiritualidad es el crecimiento, se trata de la evolución.
Se trata de dejar ir lo que ha habido anteriormente y abrazar una nueva percepción de la realidad.
Por otra parte, se trata de descubrir la verdad dentro de nosotros mismos
y no de cumplir con el statu quo.
Tal vez por eso tan pocos han llegado a la realización, hasta en nuestra búsqueda del significado de la vida preferimos seguir al rebaño.
Aún cuando el corazón empieza a cuestionar aquello a lo que estamos acostumbrados, muchas veces optamos por tomar el camino ya conocido.
Creo que la tradición nos hace sentir seguros.
Le da autoridad y peso a nuestras convicciones.
Pero las convicciones son un pobre sustituto de la experiencia.
Cuando tienes una experiencia espiritual propia, no sentirás la necesidad
de convencer a otros de tu punto de vista o demostrar
la validez de tu descubrimiento o encuentro interior.
