
-¡Caramba!. Para los otros pone las cosas bien fáciles y convincentes
y después se va comiendo el coco cuando se trata de uno mismo.
-Esta es la base de los buenos consejeros, amigo mio;
por eso la mayoría de los psiquiatras están desequilibrados
y casi ningún sacerdote cree en Dios.
Fragmento de: "El silencio de los claustros"