
El Antiguo Testamento se esfuerza por dejar claro que el Hombre no era un dios ni era de los cielos.«Los Cielos son los Cielos del Señor, a la Humanidad la Tierra Él le ha dado». El nuevo ser fue llamado «el Adán» porque fue creado del adama, de la tierra, del suelo de la Tierra. En otras palabras,
el Adán era «el Terrestre».
Careciendo sólo de cierto «conocimiento», así como de un período de vida divino, el Adán fue creado en todos los demás aspectos a imagen (selem)
y semejanza (dmut) de su(s) Creador(es).
El uso de ambos términos en el texto se hizo para no dejar duda de que el Hombre era similar a (los) Dios(es) tanto en lo físico como en lo emocional,
en lo externo y en lo interno.
En todas las antiguas representaciones artísticas de dioses y hombres,
la semejanza física es evidente. Aunque la advertencia bíblica en contra
de la adoración de imágenes paganas diera pie a la idea de que el Dios hebreo no tenía imagen ni semejanza, el Génesis, al igual que otros informes bíblicos, atestigua todo lo contrario.
El Dios de los antiguos hebreos se podía ver cara a cara, se podía luchar con él, se le podía escuchar y hablar; tenía cabeza y pies, manos y dedos, incluso cintura. El Dios bíblico y sus emisarios parecían hombres y actuaban como hombres, porque los hombres fueron creados a semejanza de los dioses y actuaban como los dioses.
Pero en esta cosa tan simple subyace un gran misterio.
¿De qué manera una nueva criatura pudo ser, física, mental y emocionalmente, una réplica virtual de los nefilim?
Realmente, ¿cómo fue creado el Hombre?.
Afortunadamente, los textos mesopotámicos hacen una clara exposición del momento en que fue creado el Hombre.
El relato de las fatigas y el posterior motín de los anunnaki nos dice que. «durante 40 períodos sufrieron el trabajo, día y noche»; los largos años de su duro trabajo los dramatizó el poeta con la repetición de versos.
Durante 10 períodos sufrieron el duro trabajo;
Durante 20 períodos sufrieron el duro trabajo;
Durante 30 períodos sufrieron el duro trabajo;
Durante 40 períodos sufrieron el duro trabajo.
El antiguo texto usa el término ma para decir «período», y la mayoría de los expertos lo han traducido por «año».
Pero el término connotaba «algo que se completa y, después, se repite».
Para los hombres de la Tierra, un año equivale a una órbita completa de la Tierra alrededor del Sol. Pero la órbita del planeta de los nefilim equivalía a un shar,
o 3.600 años terrestres. Cuarenta shar, o 144.000 años terrestres, después de .su, llegada, fue cuando los anunaki dijeron: «¡Basta!».
Si los nefilim llegaron a la Tierra, tal como hemos concluido,
hace alrededor de 450.000 años, la creación del Hombre debió tener lugar hace unos 300.000 años
Los nefilim no crearon a los mamíferos, a los primates o a los homínidos.
«El Adán» de la Biblia no era el género Homo, sino el ser que es nuestro antepasado, el primer Homo sapiens.
Lo que los nefilim crearon es el Hombre moderno, tal como lo conocemos.
La clave para comprender este hecho crucial se encuentra en el relato en el que despiertan a Enki para informarle que los dioses han decidido formar un adamu, y que su tarea consiste en buscar la forma de hacerlo.
A todo esto, responde Enki:
«La criatura cuyo nombre pronuncian
¡EXISTE!»
y añade:
«Sujetad sobre ella» -sobre la criatura que ya existe-
«la imagen de los dioses».