En este nítido primer plano en infrarrojo , varias balas cósmicas perforan las afueras de la nebulosa de Orion ,
a unos 1.500 años luz de distancia.
Devastadas por la formación de estrellas masivas y energéticas, las balas (en color azul en esta imagen en falso color) son nubes de gas caliente relativamente densos de un tamaño unas diez veces la de la órbita de Plutón. Brillan con la luz de los átomos de hierro ionizado y viajan a velocidades de cientos de kilómetros por segundo dejando a su paso rastros amarillentos del gas hidrógeno de la nebulosa calentado por el choque.
Los surcos con forma de cono llegan a tener una longitud de una quinta parte de un año luz. La detallada imagen se captó con el telescopio de 8,1 metros Gemini Sur (Chile) con el recientemente instalado sistema de óptica adaptativa (GEMS) que consigue un campo de visión más grande en relación a la generación anterior.
Devastadas por la formación de estrellas masivas y energéticas, las balas (en color azul en esta imagen en falso color) son nubes de gas caliente relativamente densos de un tamaño unas diez veces la de la órbita de Plutón. Brillan con la luz de los átomos de hierro ionizado y viajan a velocidades de cientos de kilómetros por segundo dejando a su paso rastros amarillentos del gas hidrógeno de la nebulosa calentado por el choque.
Los surcos con forma de cono llegan a tener una longitud de una quinta parte de un año luz. La detallada imagen se captó con el telescopio de 8,1 metros Gemini Sur (Chile) con el recientemente instalado sistema de óptica adaptativa (GEMS) que consigue un campo de visión más grande en relación a la generación anterior.
Gems usa cinco estrellas guía generadas por láser para compensar los efectos de emborronamiento causados por la atmósfera del planeta Tierra.