miércoles, 30 de enero de 2013

Lo que hay ...


La Reina de los Bajitos Militantes volvió al ruedo con la segunda cadena nacional del año. Mientras en algunos barrios la gente protestaba por no tener luz para poder escuchar el discurso refrescante de la Presi, varios representantes de la patria contratada aplaudía, cual foca con parkinson, todas y cada una de las frases que disparaba Cris. El panorama era de lo más pintoresco: De Mendiguren charlaba con Moreno sobre la mejor forma de seguir empomando a los consumidores; Gabriel Mariotto -courier de Cristina en la provincia de Buenos Aires- le ofrecía a Hebe de Bonafini una casita en Marbella para Sueños Compartidos, y el morocho nazi de Luis D´Elía hablaba de la excelente gestión del judío Timerman sobre el arreglo con el régimen misógino y teocrático de Irán. Y todo mientras la monada cantaba "si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar".

"Ustedes quédense tranquilos que el único que me tocaba ya no está," afirmó la Presi con el fin de tranquilizar a los niños presentes, para luego asegurar que "siempre es bueno tener alguien cerca por si quieren hacer algo". Ambiguo, sospechoso, juguetón. Luego dedicó gran parte del mecanismo de comunicación institucional de uso excepcional, para contarle a Guy Ryder que tendremos una pobreza difícil de dimensionar, pero que la desocupación -según el Indec- es del 6,7%, con lo que tenemos el dudoso lujo de poseer pobres con laburo. También le contó a Guy sobre los 17 mil millones de pesos que fueron entregados a las empresas para mantener el empleo, sosteniendo, de este modo, el negocio más rentable desde la invención del narcotráfico: la impresora de Boudou.

A continuación, anunció que el piso no imponible del impuesto a las ganancias sube un 20%, lo cual calificó como un sacrificio del Estado, algo así como decir que es un sacrificio no cobrarle a un tipo por entrar a su propia casa. Afirmó que en Suecia también se paga impuesto a las ganancias y nadie llora. Algunos afirman que esto se debe a que un sueco promedio tiene la posibilidad de vivir en uno de los países menos pobres del mundo y con mejor distribución de la riqueza. Otros, sencillamente, sostienen que esto se debe a que las suecas están buenísimas. Lo que importa es que Luis D´Elía, habitante del inframundo que existe más allá de Camino de Cintura, aplaudió la comparación.

Luego de afirmar como logro que el impuesto a las ganancias lo tributarán sólo el 17% de los laburantes en blanco -o sea que el 83% de los trabajadores argentinos gana menos de mil dólares mensuales- sacó cuentas en el aire sobre cuánto pagará un sujeto que quiera viajar en subte con la nueva tarifa. No sé bien en qué momento empezó la debacle educacional en el país, pero está claro que ya estaba hecha pomada antes de la década del ´60, dado que la Presi obtuvo números impares tomando por base un monto de 3,50. Probó con veinte viajes mensuales, le dio 149, intentó con los ochenta viajes de una familia tipo, la tablita le tiró 589. Descontamos que ni siquiera tuvo en cuenta que los escolares, no pagan. Con estas cuentas brillantes, no es de extrañar que nadie confíe tampoco en sus predicciones económicas.

Mientras Salustriana aún espera que la Presi la lleve a conocer el Subte, Cris se puso a moquear por Él, afirmó que fue el mejor presidente de los últimos 50 años y que será el mejor presidente de las próximas décadas. Explicó que la rentabilidad financiera no es buena, dijo que su gobierno defiende las paritarias libres, pidió que no se pasen con las paritarias y, a un año de haber desautorizado el aumento del 35,7% de los peones rurales, se quejó de que ese sector gana poco. Para finalizar, lagrimeó de vuelta, hizo terapia de regresión, y contó que en su vida se imaginó que una persona como ella llegaría a ocupar el lugar que ocupa hoy en día.


 En algo coincidimos... No está mal coincidir en algo, aunque, en este caso, sea la falta de imaginación de que una mina así podría gobernarnos dos períodos al hilo.
 Me hace sentir integrado. Ahora puedo contarle a mi terapeuta kirchnerista que finalmente encontré un punto de similitud con algo del gobierno. Berreta, cierto, pero al menos ya no me siento tan contreras y hasta puedo entender a ese que de política no caza one y, por ende, simpatiza con cualquier cosa que enunciativamente le resulte agradable.

Sobre este punto, vendría bien hacer una defensa empírica: nadie tiene la obligación de entender de política ni nadie tiene la obligación de participar en política. Hay dos sectores de la sociedad que no se interesan en política por naturaleza. Son los extremos de la escala adquisitiva, o sea, los más pobres y los más ricos. Y no se interesan por razones obvias: nada que pueda resolverse a nivel gubernamental afectará sustancialmente sus realidades. Del resto ¿Cuál es el problema de que no les importe la política? ¿O acaso debemos obligar a un mocoso que se pasa el día mandando Baila Peter al 13013, a que nos cuente qué opina de la discusión por la coparticipación? Nadie se mete en política hasta que no le tocan algo de nuestro interés. Nadie, ni los más apasionados.Y los intereses son tan, pero tan subjetivos como la moral: lo que a mi me parece grave, a mi tía Giussepina le parecera normal y a mi vecina del sexto piso le agradará.

Hace tiempo que escucho opiniones más cercanas a demoler todo y echar sal gruesa, que a realizar un arqueo de caja y una presentación de balance. Kirchnerismo en negativo, la misma negación y destrucción de la obra ajena para justificar mi posición ideológica. Últimamente, estas opiniones se van acrecentando a niveles de violencia verbal absolutamente comprensibles, dado que el kirchnerismo se ha caracterizado en sacar lo peor de todos, en el oficialismo por vocación, en el resto del entramado, por reacción.

La inmensa mayoría de las personalidades políticas aún no entienderon una de las movilizaciones de septiembre y noviembre. Tal como expresé entonces, considero que no salimos a quejarnos por insistencia o instigación de ningún político de peso, dado que no hay político de peso que pueda mover un millón de personas más que para recibir puteadas. Y no necesitamos formar un partido ni ganar elecciones para carajear a la Presi. Algunos se ofuscaron porque ni después supieron qué decir para arrimar un adepto a su espacio, se enojaron con el público que no les aplaudió el set en medio de un festival. Hoy, sin darse cuenta, ningunean también a aquellos manifestantes, al tratarlos como un ente desprovisto de identidades individuales en el que cada cual salió a quejarse por lo que cree necesario. Creyeron que ese era el puntapié para iniciar lentamente el postkirchnerismo. Entiendo la desilusión: algo que no pudieron hacer desde su oratoria, lo logró la bronca popular. 

Pareciera que el "armen un partido y ganen elecciones" como instructivo para putear al gobierno pegó fuerte y, fuera del kirchnerismo, adoptaron posiciones un tanto risueñas: no hace falta que armes ningún partido, seguime, chango, que yo te digo cómo putear al gobierno. Y aunque nos parezca mentira, hay personas que putean al gobierno por motivos distintos a los nuestros, sujetos que los votaron en 2003 o 2007 y se sintieron desilusionados, o se avivaron, o les pasó el tractor de la inflación por arriba. A ese tipo no se le puede exigir que desprecie los mismos actos que lo llevaron a votar aquella vez. Y que yo no comparta esos motivos de adhesión, obviamente no tiene nada que ver con que hoy sí comparta sus actuales motivos de desprecio. No son desagradecidos al modelo, sólo cambiaron de opinión. ¿O realmente creen que el votante promedio es el 1,2 punto de rating que tiene 678? Votaron del mismo modo que votamos todos nosotros, en base al beneficio inmediato que creían poder obtener. 
A ellos los motivaron los créditos al consumo o los servicios públicos regalados, a nosotros nos motivó un plan sustentable y a largo plazo.

Noto que hay muchos puristas, que se niegan a sentarse a hablar con personas de distintas ideologías, sin detenerse a pensar en los ideales. También me anoticié de que hay puristas aún mayores, que expulsan al huérfano político por creer que hubo una o dos cosas que le gustó de ese enorme colectivo de enunciaciones utópicas con realizaciones pedorras que hemos denominado kirchnerismo. Han corrido el eje de la discusión desde el exfuncionario acomodaticio que busca salvarse el culo post 2015, hacia el votante que hace dos, cinco o diez años votó a esto. Mientras sigan exigiendo pedigree antikirchnerista, van a seguir sacando la misma cantidad pedorra de votos. Diganle que sí, miéntanle, si quieren, discútanlo, miéntanle como a la pareja, pero no lo obliguen a que se autoflagele sólo por el sadismo de verlo purgar la culpa de haber sido uno más de esos once millones de votos. Es básico, chicos. 
A no ser que quieran autoboicotearse para ser eternamente protestones de cafés. Con todos los que aún quedan apoyando a esta corporación monopólica del choreo 
y la malapraxis administrativa...

Es lo que hay.


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