domingo, 31 de marzo de 2013

Más lluvia...

Qué manera de llorar, los gigantes, qué humedad ambiente: abuelos arrastrados en la crecida, las raíces patas arriba de los árboles. 
Qué manera de llorar, los gigantes, si ayer estaban tranquilos mirando al cielo -¿qué mirarán?- y hoy así desconsolados, gimientes. 
Si están donde siempre pensando en montañas, hurgando entre las flores, mirándonos bailar. Es que no se puede respirar el aire tan salado, no se puede, 
alguien debería detener la inundación.
Les gustan los globitos, de colores, se los regalas y los soplan, 
se los atan a un dedo y se van, encantados, con su lluvia a otra parte.

Pedro Peinado Galisteo