viernes, 19 de abril de 2013

"Desconjuros" (27370)


Era un sapo de verde consistencia,
para nada sencillo,
y una dama de lúdica inocencia,
versada en avatares de castillo;
-Soy monarca del Reino de Membrillo-
dice el sapo con cierta omnipotencia,
exhibiendo el dorado de su anillo
de clara transparencia.
El batracio galán jura y persiste
que lleva en su interior un hombre triste,
de nostalgia lejana,
que un beso pondrá fin a la conjura
si se besan los dos con desmesura...
Y la dama carnal, se volvió rana.
 
(Nunca creas en cuentos de princesas,
la vida cotidiana
mal incumple finales y promesas)

Del libro De diluvios y andenes.