lunes, 22 de abril de 2013

Einstein, o el sentimiento por la velocidad al cuadrado

Einstein

Walter Mathau, como Einstein en I.Q.. Cortesía de Paramount Pictures/SanDollar Productions
Resulta muy extraño que el cine no haya tenido más en cuenta al científico más popular del último siglo, Albert Einstein. Quizá el más popular de todos los tiempos. No son muchas– más bien pocas– las producciones que se han atrevido a enmarcar al genio en una historia de ficción. 
Quizá tengan sus candidatos, pero la película que a mi me resulta más simpática sobre Einstein es la chispeante comedia I.Q. (traducida al español como ¡El Genio del Amor!), dirigida por Fred Schepisi.
 No por la ciencia, sino por la absurdaidea de que Einstein, junto a algunos de sus amigos, (como el matemático Kurt Gödel o el físico Bons Podolsky) se dedican a manejar todos los resortes para que la sobrina del genio (Meg Ryan), se empareje con un hombre ordinario (Tim Robbins), que trabaja como un mecánico aficionado a las lecturas de ciencia ficción.
Es decir, Einsten hace un poco de Celestina, y sus amigos, los genios de la física cuántica y las matemáticas, de alcahuetes. Conozco a más de un científico sesudo o historiador de la ciencia que calificaría la película como una majadería.
Walter Mathau es quien da vida al genio de la relatividad. Su ficticia nieta, Catherine Boyd (Meg Ryan) viaja a bordo del viejo coche británico de su prometido, James Moreland, un psicólogo conductista encarnado a las mil maravillas por el excelente actor británico Stephen Fry.
 El coche tiene la ocurrencia de estropearse frente a un taller de mecánicos donde trabaja casualmente Ed Walters (Tim Robbins). La atracción entre ambos es inmediata. Pero nuestra amiga Meg es matemática, es una chica guapísima que se va a casar con un británico rígido, y se resiste a la primera intentona de cita de Robbins.
 Luego, más adelante, nos explicará su tío Einstein– esa resistencia tiene una explicación: ella deja "que su cerebro interfiera con su corazón".
Y mientras tanto, en una escena paralela, Einstein y sus tres amigos discuten sobre si el Universo es una mera sucesión de accidentes, caminando por el maravilloso pueblo de Princeton, y el hermosísimo campus del Instituto de Estudios Avanzados (que está dentro de la Universidad de Princeton, aunque no piensen que forma parte de ella. Son dos centros independientes, pero enlazados. Si van alguna vez por Nueva Jersey, no se pierdan una visita al campus). "Dios no juega a los dados con el Universo", nos dice el genio. Kurt Gödel es un viejo panzudo y simpático con gafas redondas y entre todos no hacen sino discutir si el tiempo existe o no  mientras juegan al Badminton.
Los diálogos son deliciosos. Y algunos encierran verdaderas lecciones de ciencia. Y mucho más importante que la ciencia. 
 Robbins recoge un reloj que se ha dejado Meg en su taller, acude a la dirección de su casa para devolvérselo en persona, y se topa con el mismísimo Einstein. Piensa que se ha equivocado, pero es un fan del científico y no puede sino expresarle su admiración. "Me ha dejado alucinado con eso de que la gravedad es capaz de doblar la luz, aún estoy tratando de figurármelo", Y Mathau-Einstein le responde. "Me ocurre lo mismo".
 Cuando Robbins explica que ha venido a ver a Catherine Boyd, Einstein le responde que Meg Ryan es su sobrina, y le pregunta por qué quiere entregarle el reloj en persona. "Creo que será bueno para su futuro". En ese momento, Einstein le abre sus puertas y les presenta a sus amigos, "las mentes más preclaras del siglo, pero que no saben cambiar una bombilla"
Y una vez dentro, la química del mecánico de coches con los genios empieza a funcionar.Robbins les hace una pregunta, después de narrarles la famosa paradoja de los gemelos.
 Uno de ellos sale de la Tierra a la velocidad de la luz, y el otro se queda en su casa. Cuando el viajero regresa, el tiempo para él ha transcurrido mucho más lentamente que para su hermano, que es ya un anciano.
 "¿Cuál de ellos es más feliz?"
 Los amigos deEinstein responden que el joven, pero Robbins dice que es el viejo: ¿Por qué? "Ha tenido experiencias, ha conocido el amor, la familia, y el dolor. Para el viajero, el tiempo simplemente ha pasado". Einstein es el único que capta el mensaje. Si el mecánico no se casa con su sobrina, ella será una infeliz el resto de su vida. El famoso científico hará lo imposible para abrirle los ojos a su nieta.
Si quieren saber un poco más sobre la fascinante paradoja de los gemelos, les dejo aquí un excelente vídeo proporcionado por la Open University del Reino Unido. ¡Merece la pena!

El film de Schepisi nos ilustra con acierto muchas de las facetas del genio. 
Cuando era pequeño, su padre le regaló una brújula, y se sintió misteriosamente fascinado por la fuerza que sostenía la aguja. Y una vez en Berna, cuando trabajaba en una oficina de patentes, el joven Einstein soñaba cómo se vería el mundo si fuera capaz de ir a la velocidad de la luz, cosa que le confesó a Robbins, animándole a que le diera un suicida paseo en su motocicleta.
E3
Ed Walters (Tim Robbins) da un paseo a Einstein en su motocicleta. Cortesía de Paramount Pictures/Sandollar Productions.
Muchos científicos pondrán su grito en el cielo, asegurando que la película no es muy científica. Yo mismo he tratado infructuosamente de averiguar quien era el tercer amigo de Einstein en el film, un físico llamado Nathan Liebeknecht, interpretado aquí por el actor Joseph Maher. 
No encuentro referencias de él ni en la Enciclopedia Británica. ¿Es una invención de los guionistas? A lo mejor alguien me rectifica, cosa que agradezco. Pero el caso es que da lo mismo. Para aquellos científicos capaces de separar un poco la vista de su tubo de ensayo, la película es una buena noticia. Los otros no la entenderán. La buena noticia es que de repente estamos encantados con la física cuántica y la relatividad, aunque no tengamos ni idea de lo que significan.
Claro que Einstein es quien atrae todo nuestro magnetismo. Tiene toda la culpa. Se han escrito cientos de libros y biografías escarbando en las razones (la mejor de todas es la del periodista estadounidense  Walter Isaacson, Ed.Debate). Se han buscado las sombras y las luces del genio, pero lo cierto es que no llegamos a comprender por qué sentimos tanta atracción por una persona que dijo cosas en 1905 y después en 1915 que hoy en día siguen estando fuera del alcance del hombre de la calle (la relatividad especial y la relatividad general, algo a lo que volveremos en otro post de Planeta prohibido).
Este viejecito de aspecto afable sigue siendo tan misterioso como lo que dijo. En 1931, cuando Charles Chaplin le invitó junto con su mujer Elsa al estreno de Luces en la Ciudad, la gente le dedicó un atronador aplauso al final de la película, y cuando Einstein le preguntó que significaban esos aplausos, el inmortal Charlot le contesto: "la gente me idolatra porque todo el mundo me comprende, y a tí te adoran porque casi nadie te entiende".
Einsteinniño

Einstein aparece aquí en esta entrañable imagen cuando contaba con cinco años, junto con su hermana Maja, cuando tenía tres. (Del libro Einstein, de Walter Isaacson, Editorial Debate, cortesía de Hulton Archives/Getty Images)

Es cierto que Einstein tardó en aprender a hablar. Y que no fue precisamente bueno en matemáticas, como nos dijoWalter Mathau. Pero hay leyendas urbanas a su alrededor. Una de ellas dice que los ojos del sabio están conservados en una caja de seguridad de un banco de Nueva York.Pero si me apuran, es más increíble que el cerebro deEinstein estuviera durante 25 años conservados en dos jarras de cristal en la casa del patólogo forense que le hizo la autopsia, en Wichita, Kansas. ¡Y que encima el médico se quedó con los restos sin pedir permiso a nadie!
Las "sombras" de Einstein, según una biografía del escritor alemán Jurgen Neffe, describen a una persona emocionalmente inestable; alguien de escasa higiene, que se afeitaba mal y de pies muy sudorosos; alguien que buscaba la fogosidad femenina fuera del matrimonio, rompiendo las reglas de lo que se consideraba "decente". ¿Acaso todo esto es criticable? Einstein pudo haber mantenido hasta diez amantes, aparte de sus dos esposas. De aspecto bonachón, pero corriendo detrás de las faldas.
Quizá la parte más provocadora del retrato que hace Neffe en su obra se refiere al trato que Einstein dio a su primera esposa, Mileva Maric. El escritor alemán ha llegado a sugerir que la maltrató físicamente, siempre por informes indirectos, diarios de amigos de la familia. Pero no hay nada concluyente. Los expertos que manejan las miles de cartas del genio y documentos relacionados lo niegan. 
Por otra parte, se sabe que Einstein firmó declaraciones juradas para ayudar a inmigrantes judíos que huían del horror nazi y que querían entrar en América; que defendía el aborto como un derecho de la mujer y que se oponía a la persecución de los homosexuales, salvo en los casos en los que "sea necesario proteger a la gente joven".
 Pero también es conocido que tuvo una hija ilegítima con Mileva dos años antes de casarse, en 1901. La madre viajó a Suiza con su hija y no regresó con ella. Su nombre era Lieserl, peroEinstein jamás quiso conocerla.
Si a esto sumamos el hecho de que su hijo pequeño, Eduard, finalizaría sus días en un hospital para esquizofrénicos, y que Mileva reclamaría infructuosamente en sus cartas a su marido para que le dedicara más tiempo a visitarle, el retrato no deriva hacia lo políticamente correcto. Pero sabemos también que Einstein no era un tipo cruel, ya que expresaba su sufrimiento a menudo, cuando se separó de Mileva, y cuando la salud deEduard se deterioró, Einstein pensó que la genética, y por tanto él mismo, tenía parte de la culpa. 
Einstein-1955-albert-death-newspaper-sized







La portada de New York World Telegram: la muerte de Einstein, a siete columnas.
Ahora bien, ¿cómo puede juzgar la historia a un hombre que escribiría al presidenteRoosevelt animándole a emprender la construcción de la bomba atómica antes que los nazis, el mismo hombre que luego admitiría que ese sería su mayor error? Einstein se transformó posteriormente en la viva imagen del pacifismo y el antibelicismo (no participó en el Proyecto Manhattan). Pero no faltan las voces que dicen que Einstein trajo el terror atómico con su descubrimiento, incluso también en el mundo de la ficción cinematográfica, como el científico interpretado por Fred Astaire en la película crepuscular On The Beach,sobre el último reducto de la humanidad que sobrevive –temporalmente–a un holocausto nuclear en Australia.
Y todo por "culpa" de la ecuación más famosa y popular del mundo. E=....? Rellenen el resto.