miércoles, 24 de abril de 2013

El cementerio de elefantes - Breves no tan breves.


─Es de la tierra.
─¿De dónde?
─De un mundo en los sistemas periféricos ya desaparecido.
─Claro que no, está agonizando, producto del uso indiscriminado de los recursos.
─Yo escuche otra cosa, parece que una princesa Balorian se enamoró perdidamente de un terrestre, un comerciante, como todos ellos solo interesados en las ganancias, que la sedujo para conseguir un jugoso negocio con el padre de ella y una vez que cerró el trato y disfrutó de su compañía la abandonó. 
La represaría no se hizo esperar y la guerra no dejó mucho de la tierra.
─Esas historias de princesas y reinos son puros chismes de estaciones orbitales.
 Yo tengo de buena fuente que fue un castigo ejemplar de una divinidad harta de los desastres de sus criaturas
 y los diezmó con una horda de demonios. 
─Es lo primero sensato que escucho.
─¡Terrestre, una copa y nos cuenta cómo anda su mundo! ─Aceptó la invitación, ahora, lamento decepcionarlos pero de la tierra no sé mucho, jamás puse el pie allí, nací en los cúmulos y la única noticia que tengo es que es un lugar donde solo se vuelve para morir. 
Todavía estoy lejos de mi retiro, ¡salud!