domingo, 21 de abril de 2013

I, me, mine ... perdido en Buenos Aires.


Yo, en inglés, se dice I.
Para el que no sabe inglés, esto no significa nada porque piensa que se pronuncia i.
Pero para el políglota, el conocedor y/o el antropólogo lingüístico, el hecho de que se pronuncie Ay! lo hace entender en un santiamén que el yo es un dolor.
El dolor de haber sido y ya no ser.
 O seguir siendo y no darse cuenta, lo que es más o menos lo mismo.
Para no profundizar más en este tema voy a pasar al aspecto gráfico de la palabra.
 Veamos el aspecto gráfico de la palabra I. 
(Palabra corta si las hay, uniletra.)


Es un palito plantado sobre el renglón.

¿Qué nos dice este simple y mágico hecho (en el balde)?
Que el tipo es digno, que se para ante la vida diciendo "aquí estoy yo (ay), este soy I".

Por otro lado, vemos que está aislado.

Es un preso de aquello que lo hace único.
Y de ahí a querer encarcelar aves, hay un solo paso.
Ay, ay, ay...
Oh, I, me, mine...
Cantaban Los Beatles, que algo sabían...
El querido George, años después, fue entrevistado y dijo: 
"Claro que prefiero ser un ex Beatle a ser un ex nazi, pero preferiría ser un ex nada".

Y se fue joven... para que no me duela tanto el I voy a pensar, solo por hoy, que cuando alguien lindo se va joven es porque un poder superior le dice "bueno, ya pasó, vos ya cumpliste acá,

 te voy a llevar al Paraíso."