miércoles, 1 de mayo de 2013

Al margen del proceso creativo - Breves no tan breves.


El escritor decide abordar un nuevo tema en la ciencia ficción.
 El contagio de enfermedades mediante radiofrecuencias. 
Imagina personas devastadas por sólo responder el teléfono celular. 
Supone que la novela puede  iniciar en un laboratorio donde se enferma a un simio situado 
día tras día frente a una televisión. 
Un mal venéreo directo al tuétano o al iris del infortunado espectador. 
El asesino invisible y perfecto. 
Un cáncer que viaje oculto entre las señales de telecomunicaciones hasta impactarse 
en el grupo social que pretende infectar. 
El proyecto le entusiasma, aunque bien sabe que la realización será un tanto complicada, pues no conoce gran cosa de radiofrecuencias ni de enfermedades. 
Llama a su editor que responde vocinglero como siempre. 
Catorce minutos después consigue comunicarle el nuevo proyecto. 
A cuatrocientos kilómetros de distancia el rechazo se incrementa hasta retumbar en el oído 
derecho del postulante.
Queda sordo un par de minutos.
Lo recibido es tan intenso y creíble que el escritor decide cambiar el desarrollo argumental que apenas iniciaba. Anota en el margen de su primer esquema que será mejor asesinar a los indeseables
 con sonidos amplificados de acuerdo a la voluntad del emisor.