
Los primeros microbios pueden haber dependido de los rayo para que cocinasen su comida, dicen los investigadores.
Cuando los rayos impactan en arena o sedimentos, el camino seguido por el rayo puede fundirlas en un tubo vítreo llamado fulgurita. Un nuevo análisis de estos restos sugiere que los rayos fríen los nutrientes de fósforo a una forma más digerible.
La mayor parte del fósforo en la Tierra existe en forma de fosfato oxidado, pero muchos microbios prefieren un fósforo parcialmente oxidado más raro – el fosfito.
Combustible para la vida
Matthew Pasek y Kristin Block de la Universidad de Arizona en Tucson, usaron un escáner RMI sobre 10 fulguritas y encontraron que cinco contenían fosfito. El terreno de alrededor sólo contenía fosfato.
Sugieren que la alta energía del impacto de un rayo arranca un átomo de oxígeno de los compuestos de fosfato, creando fosfitos. “La vida inicial puede haber usado fosfitos para formar sus biomoléculas clave, como el ARN y el ADN”, dice Pasek.
Actualmente, las influencias antropogénicas tales como la corrosión del acero, proporcionan la fuente primaria de fosfitos del entorno, pero antes de esta entrada antropogénica Pasek y Block creen que los rayos habrían sido la fuente principal, produciendo hasta 3000 kilogramos de fosfitos al año.
Revista de referencia: Nature Geoscience (DOI: 10.1038/ngeo580)