Como la misma palabra dice, es lo opuesto de la materia, es decir: una materia cuyas partículas elementales tienen carga eléctrica opuesta a la normal. Así, en un átomo de antimateria encontramos en lugar de protones (positivos), antiprotones (negativos) y, en lugar de electrones (negativos), antielectrones o positrones (positivos).
Cuando una partícula y una anti-partícula entran en contacto, se produce el fenómeno de la aniquilación o sea de la transformación de la materia en energía.
La antimateria, prevista teóricamente por los físicos de los años 30, ha sido producida en laboratorios desde mediados los años 50, gracias a los potentes aceleradores de partículas.
Según una teoría cosmológica, en el Universo existen cantidades iguales de materia y de antimateria confinada, obviamente, en regiones distantes entre sí. Sin embargo, en los puntos de encuentro, se producirían grandes fenómenos de aniquilación.
Los rayos Gamma, que se observar como radiación de fondo del Universo, son interpretados por algunos como el producto secundario de esta aniquilación.
Según otra teoría, en cambio, materia y antimateria existían por partes iguales en él origen del Universo pero con un leve excedente de la primera sobre la segunda. Por consiguiente, la antimateria habría sido totalmente destruída por la aniquilación y el Universo actual estaría constituído por el residuo de materia superviviente.
En el estado actual de los conocimientos físícos resulta imposible determinar, a través de observaciones astronómicas a distancia, si una lejana galaxia está hecha de materia o de antimateria, debido a que ambas producen emisiones electromagnéticas idénticas.
A un costo de miles de millones de dolares el gramo, la humanidad ya produce antimateria.
Ademas de las consecuencias para la ciencia física, el uso practico de la misma seria una increíble fuente de energía, ya que unir un gramo de antimateria con su contraparte equivalente, seria lo mismo que "llenar el tanque" millones de veces.
Esta seria una de las fuentes de energía que requeriría una nave humana para imaginar siquiera, el acto de alcanzar velocidad luz por el espacio.