domingo, 25 de agosto de 2013

Dios es infinito, y como Dios es Amor, su amor es infinito... Matemáticamente. (30079)


El número de hombres que ha habido, hay y habrá antes de que nuestro universo colapse o muera térmicamente es enorme, pero finito. 
Y matemáticamente un infinito dividido entre un número finito, por grande que sea, sigue siendo infinito.
Por tanto el amor con que Dios nos ama individualmente a cada uno de nosotros es infinito.

Pero, en el universo, además de nuestro mundo, puede haber otros en los que también haya criaturas a las que Dios ame.

Pero el número de esos mundos y de sus habitantes también es finito, por lo que podemos volver a aplicar el razonamiento anterior, con lo que seguimos disponiendo de un amor infinito para cada uno.

Dios podría haber creado otros universos, pero si su número es finito, volvemos a obtener el mismo resultado. 

Pero ¿y si ha creado infinitos universos? 

Volvamos a las matemáticas: Sabemos que existen distintos grados de infinitos, que representamos con la letra Aleph del alfabeto hebreo y un subíndice. 

Así, hay infinitos números naturales, y ese infinito se representa con un Aleph con subíndice 0, mientras que el infinito de los números reales, que es mucho mayor, se representa con un Aleph con subíndice 1.

Sea cual sea el subíndice que pudiera corresponder al Aleph de los posibles infinitos universos creados por Dios, a Él debe corresponder un subíndice mayor.

De hecho debe corresponderle el mayor de los Aleph.
 Si no, no sería Dios.

En conclusión, Dios nos ama (me ama, te ama) con un amor infinito.