La vida es un tatuaje transparente que emerge a superficie segundo
a segundo mientras los instante vividos nos agujerean la piel.
Mapa dérmico indeleble estampado a fuego de besos,
caricias, arañazos, a veces zarpazos.
Serigrafía de hiel y miel.
Serigrafía de hiel y miel.
Dibujo dinámico aleatorio en constante e impredecible mutación.
El gran dragón se diluye evanescente en lágrimas de besos a rana,
la rana resbaladiza inexplicablemente se transforma en fiero león.
El león en disolución salina muta a manso gatito, el gato a tigre
que en secuencia silenciosa resulta ser un pequeño ratón.
Despacito..
.
Aùn atenazados por el miedo seguimos probando cada día
seducidos por la necesidad de humedad vital fosforescente...
Con cuidado introducimos el pie en el agua de la vida.
¿Quien sabe? hoy abrasa, bien... ayer estaba fría.
¿Qué sabe nadie lo que nos deparará hoy en el instante siguiente , a continuación del ahora?
Más allá del luego ... todo es posible.
Quizá un hola!, tres hasta luego,
dos sonrisas y un adiós.
Atados para siempre por cordones invisibles a esa mirada, esa voz
que nunca volveremos a escuchar, pero permanecerá gravada
por siempre y para siempre en nuestro interior.
Acurrucados, doloridos y cansados
esperaremos que pase el tiempo.
Tiempo...
¡ Maldito tiempo !
El otro malo bueno de esta película,
cómplice necesario del juez destino.
Tiempo...