Se dice que en el principio, el Dios del Tiempo creo el Sol y la Luna, y con ellos nacieron el Águila y el Cóndor con tal fuerza que el Águila y el Cóndor hicieron que América del Norte y América del Sur se unieran formando América Central.
De estas tierras salieron las primeras naciones, pasando muchos momentos difíciles, entre ellos el peor, la división de las naciones en cuatro direcciones.
Después de la división aparecieron las Profecías que buscan enseñar a las naciones los caminos para su liberación y unificación.
Una de estas profecías habla del día en que la unión de las lagrimas que broten (desde los corazones) del Águila y del Cóndor sanaran las heridas y fortificaran los espíritus los cuerpos y las mentes de los Primeros Pueblos.
Después de la división aparecieron las Profecías que buscan enseñar a las naciones los caminos para su liberación y unificación.
Una de estas profecías habla del día en que la unión de las lagrimas que broten (desde los corazones) del Águila y del Cóndor sanaran las heridas y fortificaran los espíritus los cuerpos y las mentes de los Primeros Pueblos.
Los guerreros (de la Luz) repelerán las espadas de los enemigos y darán termino a la opresión la explotación y la injusticia
(vicios de tercera dimensión en nombre de la Libertad.