Los manotazos de ahogado del Gobierno para seguir haciendo negocios oscuros con Aerolíneas Argentinas son cada vez más vergonzosos. Ayer, y en medio de una fuerte polémica, el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA) le exigió a la compañía chilena de aviación LAN que abandone su hangar en el Aeroparque Jorge Newbery en los próximos diez días.
El escándalo llegó a tales dimensiones que, con la noticia todavía fresca, la firma extranjera indicó que recurrirá a la Justicia, ya que asegura tener firmado un contrato por el hangar y la base de mantenimiento hasta 2023.
E incluso el propio presidente del país trasandino, Sebastián Piñera, mandó a su canciller, Alfredo Moreno, para que intente dialogar con las autoridades argentinas para que la sangre no llegue al río.
La realidad muestra que la turbia maniobra pergeñada desde la Casa Rosada apunta a beneficiar a una compañía que sigue presentando un déficit comercial de cerca de tres mil millones de dólares y que fue seudoestatizada en el año 2008 para llevar a cabo los negocios oscuros de la controvertida agrupación ultrakirchnerista La Cámpora.
Esta agrupación utiliza la empresa para financiar su estructura de militantes rentados y aplaudidores del gobierno.
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