Un rostro poco conocido de Disney
Walt Disney era un gran contador de historias, por eso en nuestra cultura occidental se han arraigado fuertemente sus personajes clásicos: Micky, Donald y pandilla.
Muchos adultos que soltamos una lagrimita cuando recuerdan a la mamá de Bambí (LoL).
Lo que pocos conocen es que Disney también produjo varios filmes de propaganda política
(El pato Donald nazi, 1943;) y filmes didácticos (historia de la menstruación, 1946 ;
El pato Donald en el país de las matemáticas,1959; entre otras obras).
Estas facetas solo demuestran la gran cultura y olfato para los negocios de Disney en un contexto especial.
Disney vivió la gran depresión, la segunda guerra mundial y la guerra fría.
Durante el periodo de la guerra fría la gente sabía muy bien los efectos nocivos de las bombas atómicas. Desde las ciudades desbastadas de Hiroshima y Nagasaki llegaban las historias de horror y secuelas de los efectos nocivos de las bombas nucleares.
Pero también por esa época ya había compañías que impulsaban el negocio de la energía nuclear y necesitaban cambiar la percepción del público; necesitaban de alguien capaz de cambiar un cuento sangriento de adultos en una linda historia de esperanza, nadie mejor que Disney, quien ya tenía experiencia en tales maniobras.
Así, el film "nuestro amigo el átomo" tiene un carácter propagandístico; pero también es didáctico.
Todo el material es acertado, la animación es hermosa y la metáfora entre el genio y el núcleo atómico es cautivadora
Con amigos como estos, ¿quién necesitas enemigos?
Sin embargo, el documental es parcial, pues al final afirma que cualquier problema se puede solucionar con la energía nuclear.
Omite el problema de los desechos nucleares en el proceso de fisión nuclear, los cuales ya han ocasionado más de un problema ambiental internacional.
Casos de tiraderos nucleares clandestinos y nubes toxicas marca Chernobyl.
Sumando los problemas en Fukushima del 2011, han alentado que la mayoría de los países que contaban con programas de uso energético nuclear se retiren.
Sí, tal vez la energía atómica pueda ser nuestra amiga, como en el caso del Sol.
Pero creo que la mayoría preferiría vivir lejos de una planta termonuclear, incluso la familia de Homero Simpsons.
De hecho, desde mediados de los ochentas, varios países comenzaron los cierres de plantas termonucleares, argumentando motivos de seguridad (previniendo ataques terroristas y los accidentes), preservación del medio ambiente y económicos (¡y vaya que es caro construir una central termonuclear!).
Mientras tanto, las aplicaciones médicas y de descontaminación a base de radiación nuclear siguen empleándose con éxito.
Las famosas terapias de contra el cáncer, técnicas de detección de irregularidades orgánicas utilizando trazadores radiactivos, eliminación de bacterias en lotes de comida, entre otros usos de la radiación son más populares que la gente común piensa.