lunes, 23 de septiembre de 2013

Aquella atracción por los bordes... (30665)


Yo no sé si es suficiente el goce que nos produce el equilibrio,
 ese logro leve de lo armónico, o si acaso al aceptar el desafío del abismo nos sentimos vencedores sobre alguna clase de destino. 

Pero es seguro que nos gustan las orillas y los labios y recorrer con los dedos la arista de la copa y recortarnos sobre una línea a modo de horizonte. 

Y todo tal vez porque es precisamente en ese espacio mínimo del borde donde el espacio nace, crece y se acentúa.