El mago apuntó la varita mágica al público y dijo:
—¡Abracadabra patas de cabra!
Una nube de humo blanco inundó el teatro
—¡Abracadabra patas de cabra!
Una nube de humo blanco inundó el teatro
y los espectadores desaparecieron en el acto.
Rascándose la cabeza, el mago contempló perplejo los asientos
vacíos del silencioso teatro;
mientras que los espectadores miraban sorprendidos el solitario escenario.