
Nos elegimos como se eligen prendas de ropa.
"A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige", dice Cortázar.
"No elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto".
Al ver en Ella sentí eso.
No elegí: amé.
Llovió encima de mí.