- A ver, Xuan, ¿qué vas llevar hoy?
- Pues lo de siempre por estas fechas, ya sabes, medio quilo de ilusión y otro medio de escepticismo.
- Ahí, ahí, Xuan, no hay que perder les buenes costumbres, ¿póngotelo por separao?
- No, mejor todo junto y bien mezcladín que lo quiero pa engordar el caldo del pote, ya sabes, con les fabes, les berzes, les patatines y un chorizu caseru. ¿A cómo me los dejas hoy?
- Pues verás, por ser les feches que son la ilusión no te la voy cobrar. Pero el escepticismo voy ponételo al preciu del azafrán, pa que lo tengas en lo que val y pa que lo vayas echando de a poco en poco, que dé sabor al caldu pero que no lo domine del todo, tú ya me entiendes.
- Entendido, maestro, pero entonces mejor no me lo mezcle, que a ver luego como discrimino.
- Esu ta fechu, Xuan, aquí tienes: en dos bolsuques diferentes pa que no te confundas y acabes estropeando el guiso.
- Gracias, jefe. Pues nada, hasta el año que viene entonces.
- Hasta el añu que vien, Xuan, ¿quies que te guarde algo?
- Pues de lo bueno lo de siempre y de lo demás ya iremos viendo.
- Adios, Xuan.
- Adios, maestro.