viernes, 14 de marzo de 2014

La idea del multiverso aparece en una obra del siglo XIII

Dibujo20140412 13th century depiction geocentric cosmos - image from Bibliotheque Nationale de France

La obra “De Luce” (“Sobre la luz”) del inglés Robert Grosseteste (c. 1175−1253), escrita en 1225, propuso la gravedad cuatro siglos antes de Isaac Newton y la teoría del big bang (gran explosión) siete siglos antes de Georges Lemaître. Así lo interpretan Tom C. B. McLeish (Univ. Durham, Reino Unido) y sus colegas en un comentario en la revista Nature.
Grosseteste describe el nacimiento del universo en una gran explosiófn y la “cristalización” de la materia para formar las estrellas y los planetas. Eso sí, todo ello dentro de un conjunto de esferas concéntricas con la Tierra en su centro. Según McLeish y sus colegas es el primer intento de describir la Tierra y los cielos usando el mismo conjunto de leyes físicas.
 Más aún, Grosseteste sugiere que pueden existir otros universos con otras leyes físicas diferentes, es decir, la idea del multiverso.
El comentario es Tom C. B. McLeish et al., “History: A medieval multiverse,” Nature 507: 161-163, 13 Mar 2014; el artículo técnico es Richard G. Bower et al., “A Medieval Multiverse: Mathematical Modelling of the 13th Century Universe of Robert Grosseteste,” Accepted in Proceedings of the Royal Society, arXiv:1403.0769 [physics.hist-ph] (supplementary animations).
El libro de Grosseteste ha sido traducido en un proyecto de investigación liderado por la Universidad de Durham, Reino Unido, que incluye filólogos expertos en latín medieval, historiadores medievales, físicos y cosmólogos. Durante el siglo XII, gracias a las traducciones del griego al árabe y del árabe al latín, se produjo un renacimiento de la ciencia de Aristóteles gracias a estudiosos como Grosseteste, Averroes (Córdoba, España) y Gerardo de Cremona (Toledo, España). ¿Qué es el color? ¿Qué es la luz? ¿Qué es el arco iris? Preguntas que llevan a Grosseteste a plantear: ¿Cómo se formó el universo? ¿Pueden existir otros universos diferentes?
“De Luce” aborda el problema del atomismo clásico: Si todo está hecho de átomos y los átomos son puntuales, ¿por qué los objetos tienen volumen? Grosseteste responde usando la luz (hoy en día hablaríamos de un campo electromagnético). El volumen finito surge por la acción de una “multiplicación infinita de luz” sobre la materia puntual (infinitesimal). 
Lo más sorprendente es que utiliza un razonamiento que sugiere que tiene en mente una formulación matemática. De hecho, afirma que el proceso conduce a un valor finito para el volumen de la misma forma que el cociente entre dos sumas infinitas puede ser finito. 
En concreto, McLeish y sus colegas creen que afirma que (escrito en lenguaje matemático moderno) el cociente (1 + 2 + 4 + 8 + ···)/(0,5 + 1 + 2 + 4 + ···) = 2. Por supuesto, se trata de una interpretación matemática de una descripción no rigurosa del concepto de límite. 
La física de la luz y su interacción con la materia explica la solidez de los objetos ordinarios. Pero además, “De Luce” sugiere que también explica el cosmos como un todo. La luz nació de una gran explosión inicial que provocó la expansión del universo en una enorme esfera. 
En este proceso la materia redujo su densidad hasta un momento en que se “cristalizó” (alcanzando una densidad mínima). Para McLeish y sus colegas, un físico moderno hablaría de una transición de fase. Por supuesto, Grosseteste se limita a justificar la existencia de las nueve esferas perfectas del cosmos geocéntrico medieval: el “firmamento”, las estrellas fijas, Saturno, Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna. 
En su descripción, la densidad se duplica en la segunda esfera, se triplica en el tercera, y así sucesivamente, produciendo un conjunto anidado de esferas concéntricas. 
McLeish y sus colegas afirman que “De Luce” introduce el concepto de multiverso: la posibilidad de que existan otras leyes físicas diferentes a las de nuestro universo que se apliquen a otros universos diferentes. 
Por supuesto, hoy sabemos que un cosmos geocéntrico no es sostenible, pero hasta en el nuevo Cosmos de Neil deGrasse Tyson se dibujan los universos del multiverso como burbujas esféricas.
Las descripciones cualitativas de Grosseteste se pueden formular de forma matemática. El resultado son ecuaciones diferenciales para las leyes físicas que rigen el universo. Quizás McLeish y sus colegas están leyendo entre líneas en “De Luce” más de la cuenta. Pero es muy sugerente que la ciencia del siglo XIII estuviera tan “avanzada” (en el sentido moderno del término).
En mi opinión, lo más interesante de este trabajo es que combina ciencias puras con ciencias sociales y humanidades. Además, este tipo de trabajos ilumina la oscuridad de la ciencia en la Edad Media. 
Habrá que estar al tanto de sus futuros resultados.