Anaís se desnuda en la cocina
y alista el mobiliario de la cena
(con empeño de amable disciplina
guarda muda y sostén en la alacena).
Cotidiana rutina
de quitarse su traje de sirena,
mientras bate la leche con la harina
y ordena lo que luego desordena.
Descorre la cortina
y una luna de cósmica melena
la sorprende febril y clandestina;
casero corazón de niña buena,
en su boca de azúcar cristalina
se duplican los besos por docena.
(Si la sal se derrama,
a espantar los conjuros en la cama)
Del libro Oceanario.
y alista el mobiliario de la cena
(con empeño de amable disciplina
guarda muda y sostén en la alacena).
Cotidiana rutina
de quitarse su traje de sirena,
mientras bate la leche con la harina
y ordena lo que luego desordena.
Descorre la cortina
y una luna de cósmica melena
la sorprende febril y clandestina;
casero corazón de niña buena,
en su boca de azúcar cristalina
se duplican los besos por docena.
(Si la sal se derrama,
a espantar los conjuros en la cama)
Del libro Oceanario.