martes, 25 de noviembre de 2014

Aquellas horas...

Foto: Las Horas...

Hacen pliegues escondiendo los momentos en los cajones del recuerdo. 
La mente, como un libro, va pasando páginas leídas; 
y los pétalos caen sobre lo vivido.

Siempre extraños ante los nuevos acontecimientos,
y siempre con la mano agitándose en adioses.

En nuestros interiores, los abrazos cuelgan, 
y los besos tatúan colores en el alma. 
Se pierden las espaldas ante la lágrima, 
y mueren presurosos los suspiros.

Cada gesto no despide de nosotros mismos, 
cada aliento pasa a ser evocado.

Hacen pliegues escondiendo los momentos en los cajones del recuerdo. 
La mente, como un libro, va pasando páginas leídas; 
y los pétalos caen sobre lo vivido.

Siempre extraños ante los nuevos acontecimientos,
y siempre con la mano agitándose en adioses.

En nuestros interiores, los abrazos cuelgan,
y los besos tatúan colores en el alma.
Se pierden las espaldas ante la lágrima,
y mueren presurosos los suspiros.

Cada gesto no despide de nosotros mismos,
cada aliento pasa a ser evocado.