
Hacia el final del libro, Adiós a las armas de Hemingway, casi en la última página, Frederic, el narrador mantiene una conversación con Catherine :
"-¿Quieres que haga algo, Cat?¿Te traigo alguna cosa?
Catherine sonrió
-No.- Después dijo-: No harás con otras lo que hacíamos nosotros,
ni les dirás las mismas cosas, ¿verdad?
-Jamás."
No creo que eso sea posible, las palabras y las cosas, los actos.
Todo está inventado y repetido hasta la saciedad.
Repetimos una y otra vez lo mismo.
Si acaso, lo que cambia es la persona a quien se lo decimos, y la predisposición a aceptar, creer, el sentir y las ganas de seguir o de abandonar.
Todas las historias son importantes.
Nos marcan de por vida. Para bien o para mal
. Según nos vaya. Nunca debemos menospreciar o pensar que esta o aquella
es menos importante que la otra.
A veces las que empiezan como un juego,con el paso de los días pueden convertirse en las más apasionadas y auténticas.
Son nuestras cosas.Y esto es así