domingo, 25 de enero de 2015

Viajar a una copia del pasado.


El viaje a través del tiempo es un concepto de desplazamiento hacia delante o atrás en diferentes puntos del tiempo, como si de un pasito para adelante y un pasito para atrás diéramos cuando bailamos pisando el suelo, en el espacio.

De acuerdo con la descripción convencional de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein, cuando las partículas de materia se mueven a través del espacio-tiempo, lo hacen hacia adelante o hacia un lado u otro del espacio. Cuando el movimiento es para adelante es, entonces, hacia el futuro. Y aquí está el tema: esas partículas de materia, en el espacio-tiempo, no se mueven nunca hacia atrás.

La teoría sostiene que, en relación a un observador estacionario, el tiempo parece fluir más lentamente para los cuerpos que se desplazan rápidamente: si un reloj se desplaza dará la sensación de que está enlentecido, pero en la medida en que aumente su velocidad parecerá haberse detenido completamente. Con este efecto, sólo es factible el viaje en el tiempo hacia adelante, hacia el futuro, nunca hacia atrás.

Sobre esta base teórica, el viajar a futuros más lejanos sólo exigiría como condición que la velocidad fuera más cercana a la de la luz (aproximadamente unos 300 mil kilómetros por segundo). Entre mayor la velocidad, mayor la posibilidad de viajar hacia el futuro sin envejecer, o haciéndolo muy poco.

Muchos científicos consideran que el viaje a través del tiempo propiamente dicho es imposible. De hecho, el físico Stephen Hawking (a quienes muchos consideran como el sucesor de Albert Einstein) ha llegado a decir que el hecho de que no haya `turistas del futuro´ constituye un fuerte argumento en contra de la existencia del viaje en el tiempo.

Desde otra vereda, algunos teóricos, en los cuales me incluyo, le dicen a Hawking que eso no implica nada: porque la teoría misma indica que si en un futuro el ser humano pudiese viajar al pasado, la persona en cuestión no podría regresar a un espacio temporal anterior al momento de la puesta a punto de una máquina del tiempo.

Pero teorías las hay, y diversas. Algunos investigadores, por ejemplo, sugerimos la posibilidad de viajes entre realidades o universos paralelos.
Así, al viajar al pasado estaríamos fabricando un universo paralelo y no viajaríamos a un pasado determinado sino a una copia, pero con una diferencia: un turista espacial. De modo que tendríamos dos espacios temporales simultáneos: uno habitado por un turista del tiempo, y otro donde dicho individuo es inexistente.