sábado, 21 de marzo de 2015

Bienvenido a la ciencia...


Conozco un lugar donde el Sol nunca brilla.
Está en el fondo del océano.

Una grieta de la corteza de la que emanan sustancias tóxicas y calienta el agua hasta su punto de ebullición.
Eso mataría a un ser humano al instante.
Pero ahí hay criaturas, bacterias, que prosperan alimentándose de azufre y excretando ácido sulfúrico.

Conozco un lugar donde la temperatura es de 15 millones de grados, y la presión te comprimiría hasta un punto microscópico. Ese lugar es el núcleo del Sol.
Conozco un lugar donde los campos magnéticos te desintegrarían átomo a átomo.
Es la superficie de una estrella de neutrones.
Conozco un lugar donde surgió la vida hace miles de millones de años.
Ese lugar es aquí, la Tierra.

Conozco esos lugares porque soy científico.
La ciencia es la manera de averiguar cómo son las cosas.
Es lo que Richard Feynman llamó "una forma de no autoengañarnos".

Ningún vidente, a pesar de sus afirmaciones, ha ayudado nunca a la policía a resolver un crimen.
Los forenses científicos lo hacen en todo momento.

No fue un practicante de la homeopatía quien encontró la cura contra la viruela o la polio.
Lo hicieron científicos, médicos.

No fue un creacionista quien descifró el código genético.
Lo hicieron químicos. Lo hicieron biólogos.

Usaron física.
Usaron matemáticas.
Usaron química, biología, astronomía, ingeniería.
Usaron la ciencia.

Puedes experimentar la emoción del descubrimiento, el increíble, el visceral sentimiento de hacer lo que nadie antes había hecho, de ver lo que antes nadie había visto, saber lo que nadie antes había sabido.
Sin bolas de cristal, sin cartas del tarot, sin horóscopos.
Solo tú, tu cerebro y tu capacidad de pensar.
Bienvenido a la ciencia.

Bienvenido a la ciencia.
Te va a gustar.


lacienciaesbella.blogspot