domingo, 8 de marzo de 2015

Desvarío del desayuno...


Esta mañana he ayudado a un caracol a escalar una pared, 
cuando casi estaba en la cima cayó rodando,
casi pude oler su frustración.

Lo tomé en mi mano, imaginando su aliento entrecortado,
y tras examinarlo un rato maravillada por sus formas y texturas
lo deposite nuevamente arriba para ahorrarle la escalada.

Luego pensé: 
¿...cuando regrese a su hogar, junto a su familia caracolil 
contará que fue abducido durante unos minutos?